Un té con la señora Joyce.

Por: Sergio Cárdenas.

Me hace falta un tornillo alucino en un filo de cordura mi sello de realidad es un frasco de fantasía delirante nombre de mujer que nace de mi mente se llama locura no tiene otro nombre que la describa mejor una carcajada sin sentido aplaca mi espacio reducido a un cuarto una habitación que contiene tantos recuerdo difíciles de olvidar bebiendo del tiempo que ahoga mis tormentos en una dicha inexplicable para el entendimiento de genios que carecen de ignorancia y de verdadera lógica para aquellos intelectuales que no poseen eso que algunos llaman inteligencia soy una maquina que programaron para llorar en la armonía reír en la ira enojarme en la calma soñar despierto cantar en el fuego de un abismo existir en el espacio infinito dónde no permanece la cordura soy un ser extraño me falta un tornillo soy un ser que realizó la proeza de amar en la guerra perdida salir victorioso cuándo llegue al último lugar de tu vida mi locura es tanta que creo estar cuerdo aún cuándo me dicen que estoy loco no me lo dijo el hombre no me lo dijo la naturaleza me lo dijo mi locura cuento como un ser que creó un universo tan grande como un bolsillo y un animal tan pequeño como tu imaginación soy recuerdo de alguien que olvidó mi nombre pero mi rostro esta grabado en tu mano te regalé una sonrisa y la tiraste en tu memoria de corto plazo soy un ser que lanzó una mentira al aire y la atraparon los envidiosos para criticar le enseñé a mentir al político le enseñé a creer al ateo le enseñé a vivir al fantasma no estoy loco simplemente me falta un tornillo y no encuentro pues te lo llevaste en tu partida.


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