DIARIO HIPERREALISTA DE UN OBSESIVO FICIONISTA

Bonito


Es absurdo y profundamente egoísta creer y ufanarse de que el universo conspira a tu favor y que dios está más pendiente de ti, que de los problemas en el país. Es odioso no sentir agobio ante cada gran inconveniente en nuestras sociedades, en sentir. que todo anda bien, en presumirlo al saludar, cuando todo este mundo es una plena desgracia.

 

Es molesto comer mientras medio mundo muere de hambre. No puedes sino ser un hijo de puta si comes con alegría y calma luego de ver a niños y viejos comiendo de la basura de una pizzeria o luego de ver morir a tu madre de inanición mientras un alcalde obeso y corrupto le regalaba una bolsa con comida. Es absurdo amar la vida, a nosotros mismos. ¿Cómo podemos amarnos si somos un desastre? si la vida es una constante cadena de fracasos hasta que alcanzamos la muerte. 

Estoy totalmente de acuerdo con aquello de que todo lo que necesitas es amor. Solo que también estoy cociente de que muy poca gente puede dar amor y menos aun está preparada para recibirlo. Así una condición niega a la otra, por eso, son pocos quienes han amado y muchos menos los que se han sentido amados; y eso es Bonito. 

La anti poesía o la poesía mierdera -el genero literario creado en una bolera de esta ciudad- se centra justo en eso, en ver lo bello en cada factor que se nos cruza. En cada meticulosa caída, en cada edificio derruido, en nuestras miserias y en las miserias ajenas. 

Celebro mi alcoholismo como celebro la depresión de uno de mis alumnos. Celebro y me horrorizo en el genocidio -y antes de que algún pendejo salga a decirme neo nazi les recuerdo que mi padre era pemón y mi madre era judía y que yo soy anarquista-  así como celebro la mirada perdida de un niño drogado con pegamento. 

Celebrar es saber que existe lo que nos enfada y lo que nos gusta, lo que nos jode y lo que nos anima. Eso que nos causa nauseas. En tratar de ver el lado bonito o cultural o cualquier otra mierda newwaber de todo o de al menos, entenderlo. 

La vida se va equilibrando entre sutiles emociones y terribles perversiones. Entre las gotas de lluvia y la sequía absoluta. En muchas de nuestras tristezas hay belleza. El problema es que hemos idealizado la belleza. y nuestra perspectiva sobre esta es un jodido mantra fascista.

No podemos ir por la vida pensando que todo es maravilloso, sonriendo como idiotas porqué así canalizas energías - ¿Tienes complejo de batería jodido subnomral? -. No puedes ir agradeciendo al sol porque ni eres un jodido azteca ni un maricón egipcio, ni vives en la puta San Carlos-.

Es bonito ver una pareja en una plaza, así ella esté sobre una silla de ruedas y él la este besando con la misma pasión con la que el niño descalzo y lleno de parasitos, seguramente negro, juega al fútbol en las calles de su barrio. Es bonita la secretaria del administrador o los ojos de una de mis alumnas. Es bonito ver a tu ex-mujer, esa que te odia porque le cagaste la vida, sonreír feliz con su actual pareja. 

Es bonito pensar en dispararte, ver a los niños corriendo. Es bonito pensar el frío -hermoso- y es bonito -hermoso- ese dolor que te impulsa a escribir porque cómo me decía un buen amigo mio, "Hay que convertir toda forma de dolor en alguna forma de arte". 

Es bonito acabar con la relación que te pudo salvar la vida, porque te has llegado a ver tan bonito, que no necesitas ser salvado. La existencia es bonita, pero también es jodida. Por eso puedes apreciarla o despreciarla, ese no es mi problema, y como a ti, no me interesa lo que te pasa. 



No necesito ni quiero ser un monje de una nueva moral. No puedo ni quiero mostrar humanidades que agobien nuestras almas. Al contrario, acepto que hay matices de belleza en el dolor, porque entendí que hay que inyectarse fantasía a diario para no morir de realidad.                      

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